No se si fue mas el odio o la envidia lo que me llevó a cometer aquel acto tan atroz, pero solo sé que ella era la persona menos adecuada para reprochármela.
Todo empezó con un pequeño gesto, pero poco a poco fueron aumentando sus acciones y disminuyendo mi paciencia.
Y al final no pude contener a mis actos y la pistola que sujetaba fuertemente con mis manos acabó por causar una muerte silenciosa.
Ahora me arrepiento de cada día que no pasé con ella y escribo esto para que sepáis que no me ha matado el arma que ha paralizado mi corazón sino que he muerto de amor.Greta B.
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