Sí. Echo de menos el frío. Y todo lo que eso conlleva:
Introducir los pies en la blanca nieve, la sensación de 'ponerte la chaqueta', la felicidad obligada, e imposible de no sentir en la Navidad, las mantas de plumas, las chimeneas, el fuego, la leche caliente, el puchero, las lentejas, las reuniones familiares, la cara de tus familiares al retirar el papel de regalo de sus presentes, los mantecados, los canelones de mi abuela, el cóctel de gambas de mi tía, los pimientos del piquillo de mi madre, las escenas familiares alrededor de la chimenea, la expectación el 25 de Diciembre alrededor del árbol por la mañana, la decoración del abeto en familia, el salón del manga de Málaga en Octubre, las salidas en DVD de las películas que más me han gustado en los últimos seis meses, los libros, videojuegos y películas por venir, el instituto (sí, no habéis leído mal), la lluvia, el olor a hierba mojada, los plumones, los gorros de lana, las rebecas, los zapatos de piel, los calcetines gruesos y calientes, las mangas largas, los CDs por venir, el grupo de flauta, la academia de inglés, la natación, los amigos de clase, los profesores (algunos), etcétera.
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